martes, 14 de agosto de 2012

EL JOVEN POETA ZEJO CORTEZ

Zejo Cortez: “La poesía es una de las artes más relegadas”Cómo defines tus poesías? Digamos que van más que nada enfocadas a lo cotidiano, a este vivir cotidiano donde el ser humano está en un medio que se niega a comprender su alma, donde huye de las cosas, donde no se pregunta qué es lo que hace. Preguntarme y preguntar a los demás, por qué hacen lo que hacen, qué sienten cuando lo hacen y qué esperan de todo ello.
¿Cuáles son los escritores que marcaron tus versos?
Una parte de los escritores se los debo a mi gran amigo Benjamín Edwards, ya que él me presentó a través de sus libros a poetas chilenos del siglo XX como Jorge Teillier, Pablo de Rokha, Nicanor Parra y Enrique Lihn. He devorado sus libros y me encantan. También Juan Gonzalo Rose, acá en Lima y Carlos López Degregori, para mí, uno de los mejores poetas peruanos que hay y que felizmente todavía está vivo.
¿Cómo ves la situación de la poesía ahora?
Creo que desde el siglo XIX hasta ahora la poesía se ha ido relegando poco a poco. Ya no es tan importante como lo era antes, donde los consejeros del rey eran poetas o eran artistas o eran personas que tenía algún vínculo con el arte y entonces podían transmitir esa sensibilidad. Digamos que la poesía es una de las artes más relegadas, pero poco a poco espero se le dé la oportunidad de llegar a más gente. Creo que la poesía está, el arte está en general, pero falta gente que se interese en eso y que llame. El arte no está para un grupito o para una seudoentelequia sino está para todos.
Entonces, ¿existen esos grupitos que no dejan surgir a jóvenes escritores?
Sí, claro, como en todo. No estoy metido en la entelequia literaria, pero te puedo decir desde el ámbito teatral, como que soy crítico de teatro que sí hay mucha gente metida en eso. Habrá que hacer algo para poder cambiarlo, pero es bueno que estas personas y/o medios en lugar de poner fotos de Kardashian o esas cosas tontas con las que suelen jalar gente para levantar visitas a sus sitios, se preocupen por generar cultura. Creo que los medios de comunicación cumplen con una labor importante. Eso viene desde las personas que están en los altos cargos que se olvidan que alguna vez fueron lectores y quisieron cambiar ese medio, y ahora que ya están arriba, se olvidaron de eso.
Eres el creador del blog “Taberna Crítica” donde también publicas entrevistas, poesías, críticas de teatro… ¿Cómo nace este proyecto?
“Taberna Crítica” nace gracias a mi maestro Edgard Guillén y a Benjamín Edwards, un amigo, escritor y publicista chileno que así, leyendo poesías y hablando de la vida, les dije que quería hacer un espacio de crítica teatral puesto que escribo crítica hace dos años y medio para la revista La Huella Digital de la Universidad Complutense de Madrid. Pero en esta universidad no podía hacer crítica teatral a otros espectáculos que son maravillosos, pero que poca gente va. No podía realizar a profundidad el género de la entrevista que tanto me apasiona.  Entonces en “Taberna crítica” me ceñí más a una programación: los lunes tengo mi columna de opinión donde escribo acerca de los libros que leo, los martes publico poesía propia y de poetas como Whitman, Teillier, López Degregori, Martín Adán o Heraud. Los jueves son las entrevistas que hago y los viernes críticas de teatro. Además, comparto en mi cuenta de Twitter (@elzejo), algunas obras de teatro y poesías, los viernes.
¿Por qué decidiste incursionar en la Crítica Teatral?
Decidí incursionar en la Crítica Teatral luego de que mi maestro y amigo, Edgard Guillén me animara a ello. La Crítica Teatral ha representado para mí un estudio, una investigación del hecho teatral como fenómeno social y artístico. La crítica no es escribir algo de acuerdo a la emoción que el crítico sintió o a cómo le ha ido en el día. Hay que observar, leer, cuestionar a los actores, al director, ir a la puesta en escena más de una vez... y en todo ese descubrimiento de la crítica teatral, Edgard ha contribuido en mi aprendizaje con sus conocimientos, material, libros, recortes de periódicos y presentándome personas, actores y directores que son fuente directa para entender lo que representa el teatro. Y algo muy importante: haber experimentado lo que significa escribir, producir y colocar una obra en escena. Haber vivido eso genera un panorama más amplio y profundiza la crítica para entender el trabajo del actor y todos los agentes vinculados a una puesta en escena.
¿Cómo ves el panorama actual del teatro en el Perú?
El teatro peruano está en un buen momento comercial porque hay gente que va a la sala y consume teatro y lo toman como un hecho social. Por ahí hay gente que no sabe de teatro, que está bien, porque no es necesario que sepa, y que va como a la Feria del Libro para ver qué pasa, para conocer chicas o chicos, y simplemente va. Creo que ese público virgen debería ser bien formado y bien orientado por todas las compañías de teatro que hay. Y sí, creo que todas son comerciales porque todas generan ganancias.
¿Qué más le falta a nuestro movimiento teatral?
Lo que debe haber es una unidad, que se forme una comunidad en beneficio del  espectador porque a veces los artistas o las personas en general piensan mucho en sí mismos, pero si estás haciendo arte, que es social, tienes que pensar primero en el otro, que ese otro te entienda y escuche, porque la gente cuando va al teatro va a observar, a interactuar, a llevarse un contenido valioso a casa así sea comedia, drama o lo que fuere, lo va a contar y replicar. Eso es lo importante. También que el teatro tenga un carácter formativo y que vaya en paralelo con el entretenimiento… que la gente vea producto de calidad. Porque si bien hay más teatro, la calidad con relación a otra épocas que no he vivido, pero me cuentan personas de teatro, y hay registros, es diferente.
También has incursionado en la narrativa, cuéntame un poco sobre tu libro "Lata de Sardina" que se publicó hace unos meses.
Lata de Sardina es un libro con siete relatos de corte realista, medio grotescón, para jóvenes y adolescentes. Más que nada, esto me sirvió para conocer toda la ceremonia que implica sacar un libro. Ir a la editorial (Grupo Editorial Mesa Redonda), tocar la puerta, luego los pasos para producir el libro, las correcciones y conocer a los editores. Como todo lo que hago, hice esto para saber cómo piensan las personas. Básicamente, ha sido para saber cómo es ese proceso y poder hablar y decir qué cosas faltan, qué cosas están bien y poder aconsejar en beneficio de otros.

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